La celebración del evento 'Estado de la digitalización de Iberoamérica', organizado por la OEI y Three Points, ha puesto sobre la palestra diferentes conclusiones extraídas de las investigaciones llevadas a cabo para entender cómo se está introduciendo el mundo digital en los países hispanohablantes y cuáles son los objetivos a cumplir para poder avanzar en este campo.
Gustavo Díaz, Paulina Beato, Danae Vara y Ana Capilla, moderados por Miguel Hakim, han tratado temas relacionados con la digitalización en empresas, la productividad, la presencia de la mujer y la formación, en un mundo dirigido a una nueva era cada vez con más presencia digital.
Repasamos las diferentes ponencias y conclusiones de estos profesionales para entender cuál es, realmente, el 'Estado de la digitalización de Iberoamérica'.
Dentro del marco de la celebración del Think Digital Summit se llevó a cabo una experiencia de investigación con más de treinta empresas de España y Latinoamérica para comprender las principales claves de la transformación digital en estas. La ponencia de Gustavo Díaz ahonda en el documento llamado Think Digital Report, un informe que afirma que casi un 58% de empresas de la región no han comenzado aún su proceso de digitalización. El bajo nivel de inversión, la falta de habilidades digitales en los trabajadores y la falta de cultura digital se presentan como los principales factores que frenan este avance tecnológico en las organizaciones.
De forma habitual, encontramos empresas que se concentran en volcar sus procesos de negocio a lo digital y en la adopción de nuevas tecnologías, sin hacer hincapié en un mayor desarrollo de las habilidades de sus colaboradores. El desconocimiento, la falta de formación y el miedo a enfrentarse a un sistema que no dominan por parte de los trabajadores, suponen uno de los mayores frenos a la hora de ponerse al día en cuestiones digitales.
A modo de conclusión, el estudio finaliza con dos recomendaciones. La primera de ellas indica la necesidad de crear en sus nuevos planes de transformación digital mientras que la segunda habla de incorporar el desarrollo de habilidades digitales en sus trabajadores.
“Muchas PYMES no se animan a empezar la transformación digital porque no ven a corto plazo el aumento de la productividad”. Así comienza Paulina Beato su ponencia, avisando de que mientras que en las grandes empresas es mucho más fácil comprobar como su digitalización se traduce en un incremente de la productividad, en las pequeñas y medianas empresas no siempre se verá esta consecuencia de forma inmediata.
Sin embargo, no es menos importante esta inversión y centra sus argumentos en la diferencia que países como España tienen con el gran gigante Estados Unidos, avisando de que la brecha en productividad que los separa es cada vez más acuciante y precisa de un importante trabajo de transformación digital para reducirla.
“El talento no discrimina entre géneros”, afirma Danae Vara, quien asegura que si se incentiva la entrada de mujeres en el mundo de la tecnología digital contaremos con el doble de oportunidades para mejorar y desarrollar las empresas del sector.
Actualmente, el porcentaje de mujeres al frente de empresas tecnológicas no llega al 50% en ningún país, siendo Francia el que más se acerca con un 43%. En España, por ejemplo, el número de mujeres en puestos directivos está en torno al 32%, con casos particulares como el de las Fintech que cuentan con un número de trabajadoras femeninas mayor a dos terceras partes del total de la plantilla. Este dato nos hace ver como la evolución de las empresas tecnológicas apunta a una mayor presencia de mujeres en el futuro, cuestión que favorecería entre otras cosas una mayor conciliación familiar y laboral.
La implementación de educación superior a través de canales digitales conseguiría facilitar el acceso a la formación a una mayor diversidad de alumnos. Sin embargo, para que esto sea posible se debe llevar a cabo un importante cambio en la cultura de la universidad.
En 2.019, la formación virtual presentaba un importante desajuste entre su demanda y su oferta. Mientras que en los últimos diez años la demanda había aumentado en un 86%, la oferta apenas había variado. La situación provocada por el COVID-19 desembocó en la necesidad de llevar a cabo una digitalización acelerada.
Desde la OEI, profesionales como Ana Capilla están trabajando para ayudar a llevar a cabo esta transformación. Clases virtuales, contenidos digitales, trabajadores formados y un sello de calidad que garanticen una evolución acorde a la demanda actual.
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