La red está llena de millones de páginas web, lo que significa que tenemos tiempo limitado para captar la atención de los usuarios y hacer que se mantengan en la nuestra navegando. Sin embargo, cuando hay problemas con la experiencia del usuario o la relevancia del contenido, se experimenta la tasa de rebote. Esta se refiere a aquellos usuarios que abandonan el sitio al poco tiempo de llegar. Si bien es inevitable en cierta medida, es importante mantenerla en niveles bajos.
Hoy te contamos en detalle qué es este porcentaje de rebote y por qué te interesa controlarlo. Y para que no sea solo teoría, también te daremos opciones que utilizan la Inteligencia Artificial (IA) para reducirla con eficacia. Si te apasiona este mundo y quieres conocer más formas de mejorar las cifras de una empresa a través de diferentes estrategias, inscríbete en el Máster en Marketing Digital e Inteligencia Artificial y aprenderás todo lo necesario.
La tasa de rebote, o bounce rate, se refiere al porcentaje de visitantes que abandonan un sitio web después de ver solo una página, sin interactuar con otros elementos o navegar a otras secciones del sitio.
Para calcular esta métrica, hay que dividir el número de visitantes que abandonan el sitio tras ver una única página entre el número total de visitantes. Después, se multiplica el resultado por 100 para obtener el porcentaje de rebote.
Una tasa de rebote alta puede ser una señal de alerta para quienes administran una web, ya que indica que los usuarios no encuentran lo que buscan o que no están satisfechos con la experiencia en el sitio. Si queremos mejorar la interacción con el usuario y aumentar las conversiones, es imprescindible controlarla y mantenerla en niveles bajos.
Existen múltiples factores que pueden conducir a una tasa de rebote elevada. Algunas de las razones más comunes son las siguientes:
- Contenido irrelevante o de baja calidad. Si los visitantes no encuentran el contenido útil o relevante para sus necesidades, es probable que abandonen el sitio con rapidez.
- Experiencia de usuario deficiente. Se refiere a problemas de navegación, tiempos de carga lentos que causan frustración o un diseño web poco atractivo que no invita a navegar.
- Publicidad engañosa. Si las campañas publicitarias no coinciden con el contenido del sitio web, los visitantes se sentirán engañados y abandonarán la página.
- Optimización móvil deficiente. Un sitio que no esté adaptado para ser visualizado con un dispositivo móvil, tiene una alta probabilidad de perder a los usuarios que llegan desde estos.
- Pop-ups y anuncios intrusivos. Múltiples ventanas emergentes y anuncios interrumpen la experiencia del usuario, y puede llevarles a abandonar la web.
El control de esta tasa no solo es importante por su relación con la experiencia del usuario, sino también porque puede tener un impacto negativo en el SEO y en las tasas de conversión. Los motores de búsqueda, como Google, consideran que la tasa de rebote es un buen indicador de la calidad de un sitio web. Por lo tanto, si es alta, se estará reduciendo la visibilidad de la página en los resultados de búsqueda, con la consecuente repercusión en el tráfico orgánico.
Las herramientas de inteligencia artificial han avanzado y ya sirven para prácticamente cualquier finalidad. Con ellas, entre otras muchas aplicaciones, es posible reducir la tasa de rebote con eficacia. Algunas de las estrategias que mejor funcionan son las siguientes:
La IA permite personalizar el contenido de un sitio web, en función del comportamiento y las preferencias de los usuarios. Igual que el trafficker digital gestiona y personaliza las campañas publicitarias, el contenido de un sitio también se puede adaptar a partir de la analítica web de datos de navegación y patrones de comportamiento.
La IA puede identificar y corregir problemas de navegación y diseño. Por ejemplo, los algoritmos de aprendizaje automático analizan el tiempo de carga de las páginas y sugieren mejoras para acelerar el rendimiento del sitio y así reducir la frustración de los usuarios.
Los chatbots impulsados por IA ofrecen asistencia inmediata a los visitantes, ya que pueden responder a sus preguntas y guiarlos a través de la página si lo necesitan. Además de conseguir una mejora en la experiencia del usuario, permite mantener a los visitantes en el sitio por más tiempo. De esta manera, se reduce la tasa de rebote.
El análisis predictivo, impulsado por la IA, puede anticipar las necesidades y comportamientos de los usuarios. Cuando predecimos qué contenido o productos pueden interesar a los visitantes, resulta más sencillo optimizar las estrategias de marketing y de diseño para mantener a los usuarios interesados.
Igual que con los KPIs y las métricas analizamos a posteriori qué es lo que funciona, con las pruebas A/B se puede identificar qué versiones de una página web funcionan mejor en términos de retención de usuarios. De entre todas las pruebas de diseños, contenido y elementos de navegación, se implementarán finalmente las versiones más eficaces para reducir la tasa de rebote.
Ahora ya conoces cómo se puede reducir la tasa de rebote en un sitio y, en consecuencia, aumentar las conversiones. Si quieres aprender otras estrategias y herramientas de marketing digital, consulta nuestra oferta formativa y desarrolla tus conocimientos y habilidades con nuestros másteres.