El contenido es una de las piezas fundamentales de cualquier estrategia de Marketing, todos sabemos que crear y distribuir contenidos de calidad es clave, y los canales más usados para la distribución de este contenido son los blogs, el email y las redes sociales.
Hasta aquí es fácil, la teoría no es demasiado compleja, el problema viene cuando lo tenemos que llevar a la práctica ¿Verdad?
¿Por dónde empezar? Dando por supuesto que ya tenemos creada la estrategia de contenidos y el contenido mismo, ahora bien, ¿qué hacemos con él? Aunque estemos en posesión del mejor contenido, tenemos que saber hacer llegar el contenido a nuestro público objetivo y orientar nuestra estrategia de contenido, sino difícilmente alcanzaremos los objetivos fijados en el plan de marketing. Tenemos que diferenciar los diferentes tipos de medios para ello.
Si te preguntas qué es POEM, no es más que la unión de las iniciales que constituyen los diferentes tipos de medios digitales que existen. P de Paid, O de Owned, E de Earned y M de Media. Es decir; Paid, owned and earned media. Aunque habría que sumar una más, que es S de Shared, debido al gran impacto de las redes sociales en estos tiempos que corren.
Los medios propios, o “owned media”, son los medios creados por las propias marcas, la web, el blog, la página de Facebook, Instagram, TikTok, el perfil de Twitter, la newsletter, etc.
Los medios ganados, o “earned media”, son medios de terceros, ajenos a la marca pero que hablan de ella. Este tipo de comunicaciones inspira en el resto de los consumidores más confianza que cualquier otro medio, aumentando así la credibilidad de las comunicaciones frente a las emitidas en los canales propios (en los que siempre se hablan maravillas de los productos o servicios de la compañía).
Los medios pagados, o “paid media”, son aquellos medios comprados por la marca (un banner en una web, publicidad en redes sociales, una cuña de radio, un anuncio de televisión, una campaña de Google Adwords…).
Tal y como comentamos anteriormente, también existen los medios Shared, que se trata de las ocasiones que alguien comparte y/o interactúa con nuestro contenido, tanto en nuestras redes sociales como en nuestros canales de contenido digital. Una fuente de tráfico de lo más potente y con poca inversión económica en comparación a otros. Es por eso que considerar la omnicanalidad es un factor determinante para saber donde enfocaremos nuestros mayores esfuerzos, tanto en tiempo como económicamente.
La gestión óptima de los medios propios resulta vital para distribuir el contenido generado, y esto no significa solamente subirlo a la web o el blog y luego postearlo en Twitter o en Facebook. Debemos ir un paso más allá, aprender a utilizar las herramientas y medios apropiados en cada momento. Además, valerse de la publicidad en determinados casos nos ayudará a impactar exactamente en el público con el que queremos conectar.
Recientemente, observamos un artículo en el que se hablaba de cómo con muy poco presupuesto se había alcanzado a una gran número de usuarios en redes sociales, consiguiendo un CPC (Coste por Clic) muy bajo. Hablaban de que habían hecho una segmentación de público amplia y que habían conseguido un gran alcance a muy bajo coste. Por lo que nos planteamos inmediatamente las siguientes preguntas: ¿Cuál era el objetivo de la campaña? ¿El público impactado era el que realmente queríamos impactar? ¿Obtuvo la acción el ROI esperado? Hay que ir más allá.
Pongamos un ejemplo: invertimos 10 euros en publicidad en Facebook para conseguir tráfico hacia la web e incentivar las ventas de un producto. Impactamos sobre un gran número de personas y conseguimos llevarles a la web con un CPC de 0,01 céntimos. ¿Podemos decir que la campaña es un éxito?
La realidad es que no, ya que necesitaremos analizar cuántas de esas personas han realizado esa acción concreta que nosotros queríamos que hiciesen y por la que lanzamos la campaña de publicidad. Es decir, convertir.
Por lo tanto, ¿es un buen dato tener un CPC muy bajo en una campaña de Facebook ADS?, depende del objetivo. ¿De qué me sirve impactar a 100.000 personas si no son mi público objetivo y no les interesa mi producto? ¿De qué me sirve llevar tráfico a mi web a un coste muy bajo si luego no convierte? En definitiva, distribuir el contenido en redes sociales va mucho más allá de programar un tweet o subir un post a Facebook, y el que os digo lo contrario no tiene mucha idea.