El marketing digital se ha nutrido siempre de los avances en tecnología. Pero en los últimos años, esta se ha convertido en el epicentro por los incontables avances. Gracias a los distintos tipos de algoritmos que hay, se pueden optimizar campañas determinando qué anuncios usar y cuándo publicarlos, segmentar audiencias y personalizar contenidos. En este artículo, veremos cuáles son los más usados hoy en día y las funciones que cumplen.
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Si le preguntas a un buscador qué es un algoritmo, descubrirás que el propio algoritmo de Google lo define como un "conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución a un tipo de problemas". Es decir, una secuencia de instrucciones o reglas establecidas para realizar tareas específicas, procesar datos y tomar decisiones automáticas.
De una forma más sencilla, serían los pasos que un sistema informático sigue para alcanzar un objetivo concreto. Los algoritmos pueden ser simples, como una regla para mostrar anuncios a ciertos usuarios, o complejos, en los que se usa la inteligencia artificial para personalizar experiencias en tiempo real.
En marketing digital, los distintos tipos de algoritmos que hay se usan para analizar volúmenes de datos muy grandes y extraer patrones de ellos que puedan servir para mejorar la toma de decisiones estratégicas. Por ejemplo, los algoritmos de recomendación de productos sugieren aquellos relacionados con el comportamiento anterior del usuario, mientras que los de segmentación, ayudan a identificar grupos de audiencia específicos que tienen una probabilidad más alta de responder a ciertas campañas.
Hemos visto un pequeño avance de la utilidad que tienen los algoritmos en el marketing digital. Pero a continuación vamos a profundizar en tres tipos de algoritmos en concreto. Si bien estos son los más usados, hay muchos más.
El algoritmo de Google es, probablemente, el más influyente en el marketing digital, ya que determina cómo se clasifican los sitios web en los resultados de búsqueda. Para esta clasificación, Google utiliza varios algoritmos que valoran la relevancia y la calidad de cada página.
Los factores que se tienen en cuenta son la calidad del contenido, la autoridad del sitio y la experiencia del usuario, entre muchos otros. No se conoce con exactitud el funcionamiento de este algoritmo de búsqueda. Pero sus continuas actualizaciones, como las de Panda, Penguin y Hummingbird, repercuten directamente en la visibilidad de las páginas web. Por ende, también en las estrategias de SEO y SEM.
Los algoritmos de recomendación se utilizan para sugerir productos, servicios o contenido a los usuarios. Se basan en sus comportamientos pasados y en sus preferencias. Este tipo de algoritmo se usa en mayor medida en las plataformas de comercio electrónico y en los servicios de streaming, como Amazon y Netflix. Analiza los datos de los usuarios y ofrece recomendaciones personalizadas. De este modo, se incrementa la probabilidad de que los usuarios realicen una compra o consuman más contenido.
Otro de los tipos de algoritmos más usados en marketing digital es el de segmentación. Se usan para dividir a los usuarios en grupos específicos, basados en características demográficas, comportamentales o psicográficas. Gracias a ellos, las campañas de marketing digital son más eficaces. Dado que los mensajes y las ofertas se muestran a un segmento de audiencia al que le serán relevantes, se mejora el rendimiento y se incrementa la tasa de conversión.
Después de ver los tipos de algoritmos, podemos sacar de conclusión que su funcionamiento está relacionado con la automatización. Pero, ¿cuáles son sus funciones concretas y los beneficios que reportan?
Cuando los algoritmos están bien diseñados, pueden simplificar decisiones complejas, ya que transforman una gran cantidad de datos en sugerencias de acciones concretas. Por ejemplo, en un juego de ajedrez impulsado por inteligencia artificial, el algoritmo puede recomendar la mejor jugada para una situación específica. Se basará en un análisis detallado de posibles movimientos.
En marketing digital, los algoritmos procesan datos complejos para identificar patrones y sugerir acciones. Por ejemplo, un algoritmo de email marketing puede determinar el mejor momento para enviar una campaña de correos electrónicos, tras analizar el comportamiento previo de los usuarios. Asimismo, un algoritmo informático que evalúa el comportamiento en redes sociales puede recomendar el momento y lugar ideales para mostrar anuncios a la audiencia más relevante.
Las tácticas actuales de marketing se han vuelto muy sofisticadas. Ahora, las campañas se pueden llegar a personalizar para un individuo en concreto. En lugar de hacer segmentaciones generalizadas por grupos demográficos. Por ejemplo, en una plataforma de citas, los algoritmos pueden emparejar a las personas analizando un gráfico de identidad con sus atributos, sin que tengan siquiera que registrarse en la web.
De manera similar, los algoritmos de marketing pueden analizar datos y comportamientos para comprender mejor la personalidad del individuo objetivo. Con esta información, el algoritmo decide qué mostrar o recomendar. Es decir, que adaptará la estrategia de marketing a las características específicas y las preferencias del usuario.
La relación entre la compra de un cliente y sus acciones anteriores, como hacer clic en un anuncio o visitar un sitio web, no es fácil de descifrar. Pero los distintos tipos de algoritmos que hay pueden analizar las interacciones previas para descifrar el recorrido. En otras palabras, transforman las acciones del usuario en datos claros sobre el momento decisivo en que se realizó la compra. A esto se le conoce como modelos de atribución.
Estos modelos pueden identificar los canales y medios que contribuyeron a una venta. Pero además, destacan aquellos que tuvieron poco impacto. Sin estos modelos, los errores serían frecuentes al medir el éxito de las campañas de marketing. Por ejemplo, subestimando o sobrevalorando canales sin datos precisos.
El futuro de los algoritmos digitales en el marketing está en una etapa de transformación gracias a la Inteligencia Artificial (IA). Desde el inicio de la publicidad digital, las máquinas han recopilado enormes volúmenes de datos sobre los clientes, sus interacciones y comportamientos en línea, como clics y "likes". Si bien estos datos se han usado para dirigir estrategias publicitarias, la eficacia reside en datos específicos y relevantes. Por ejemplo, la identidad del usuario, sus interacciones con productos, registros de chat y solicitudes de servicio.
En la actualidad, los algoritmos utilizan estos datos de manera reactiva. Es decir, que se basan en el comportamiento pasado del usuario para predecir comportamientos futuros y tomar decisiones estratégicas. El siguiente paso en la evolución de los algoritmos será responder preguntas más complejas como "¿Por qué compraron los clientes mis productos?" y "¿Dónde encontraré a mis clientes en el futuro?". Con la integración de la IA, se identificarán patrones más profundos con pronósticos muy precisos, como hace Google en las intenciones de búsqueda.
La implementación proactiva de los datos recogidos por los algoritmos digitales también tendrá un gran impacto en los medios de comunicación y en los entornos de compra-venta. La transparencia en publicidad se convertirá en un estándar, ya que las máquinas necesitarán una visión clara del proceso. Además, los profesionales del marketing deberán solicitar servicios de datos de mayor calidad y ampliar sus equipos de análisis para justificar sus inversiones en publicidad y evaluar el coste de adquisición y retención de clientes con mayor precisión.
La Inteligencia Artificial y el Machine Learning están revolucionando el marketing al optimizar la gestión de grandes volúmenes de datos. Las tareas rutinarias y los análisis predictivos se pueden automatizar con una velocidad y precisión que superan a las capacidades humanas. Pero aunque identifican patrones complejos, la clave está en la calidad de las preguntas planteadas. Además, sigue abierto el debate con respecto a la ética de la inteligencia artificial.
Los tipos de algoritmos de marketing digital son necesarios tanto en la publicidad actual como en la futura. Poco a poco, se van integrando más en los procesos de marketing y colaboran con otros algoritmos para mejorar la automatización. Sin embargo, el ingenio humano sigue siendo esencial, ya que los algoritmos complementan, pero no reemplazan, la capacidad humana para tomar decisiones creativas y de valor.