Un software podría definirse como un conjunto de instrucciones que hacen posible la comunicación con un ordenador. En otras palabras, son los programas informáticos que permiten que estos últimos, así como otros dispositivos, tengan una utilidad. Mientras que el hardware es la parte física, el software es intangible y esencial para el funcionamiento de cualquier sistema informático. Sin embargo, no hay una única modalidad que sirva para todo, sino que existen distintos tipos de software con categorías que varían según su función y propósito. Por ejemplo, el software de sistema, el de aplicación y el de programación.
Cada uno de ellos desempeña un papel esencial en la operatividad de los dispositivos y en la experiencia del usuario. En este artículo, veremos cuáles son los distintos tipos que existen y sus características. Pero si quieres especializarte en el uso estratégico del software para la toma de decisiones basada en datos, obtendrás todas las herramientas necesarias con el Máster en Business Analytics e Inteligencia Artificial.
Comenzamos por ver qué es el software. Se trata del conjunto de programas, instrucciones y reglas informáticas que permiten que un ordenador u otro dispositivo digital funcione. Es intangible y se encarga de procesar datos, ejecutar tareas y proporcionar una interfaz para que los usuarios interactúen con la tecnología. La diferencia entre software y hardware es clara: este último es la parte física del sistema, mientras que el anterior no se puede ver.
Su nombre proviene del inglés soft (blando) y ware (artículo o componente), en contraposición al hardware, que es la parte dura y tangible. Existen distintos tipos de software según su función, como el de sistema, el de aplicación y el de programación. Cada uno de ellos tiene un rol específico en la operatividad de los dispositivos y en la automatización de procesos.
Si atendemos a una clasificación por funcionalidad, podemos distinguir entre cuatro tipos de software diferentes, cada uno con un propósito específico dentro del ecosistema digital. Algunos se encargan de gestionar el hardware y garantizar el correcto funcionamiento del sistema. Mientras, otros están diseñados para facilitar tareas concretas a los usuarios o para desarrollar nuevas aplicaciones.
Cuando estas categorías se tienen claras, se puede aprovechar al máximo la tecnología y su impacto en distintos ámbitos. Por ejemplo, el uso cotidiano o en entornos especializados, así como en la inteligencia artificial y el análisis de datos. A continuación, vamos a ver cuáles son los principales tipos de software y su importancia.
El software de sistema es la base sobre la que se asienta el funcionamiento de cualquier equipo informático. Su principal función es gestionar y coordinar los recursos del hardware, para que todos los componentes y programas sean compatibles unos con otros y operen de manera eficiente. Sin este tipo de software, los dispositivos no podrían ejecutar ninguna tarea, ya que actúa como intermediario entre el hardware y el usuario.
Los tipos más comunes de software de sistema son:
El software de programación es la herramienta que utilizan los desarrolladores para crear el resto de programas que usamos en el día a día. Estos tipos de software proporcionan el entorno necesario para escribir, probar y depurar código fuente. Por tanto, se encargan de transformar ideas en instrucciones que los ordenadores pueden interpretar. Sin este tipo de software, sería prácticamente imposible desarrollar nuevas aplicaciones, sistemas operativos o herramientas tecnológicas.
Existen diversas opciones de software de programación, cada una adaptada a diferentes lenguajes y necesidades de desarrollo. Algunos ejemplos son Lazarus, Delphi, Eclipse y PyCharm, que ofrecen herramientas específicas para programadores de distintos niveles y especialidades.
Dentro de los componentes del software de programación encontramos los siguientes:
El desarrollo de software no es un proceso inmediato, sino que sigue un conjunto de fases estructuradas conocido como el ciclo de vida del software. Este abarca la planificación y el análisis de requisitos; el diseño; la implementación; las pruebas, en las que se realiza la prueba unitaria; el despliegue y el mantenimiento. Cada fase es necesaria para que el software funcione correctamente, sea seguro y se adapte a las necesidades de los usuarios.
El software de aplicación abarca los programas que se diseñan para que los usuarios puedan realizar tareas o funciones concretas. Puede tratarse del entorno laboral, educativo, comunicativo o de entretenimiento. Son los tipos de software con los que interactuamos directamente en el día a día. Es decir, el producto final. Nos permite, por ejemplo, redactar documentos, gestionar datos, comunicarnos o disfrutar de contenido multimedia.
A diferencia del software de sistema, que opera en segundo plano para gestionar el hardware, el software de aplicación está enfocado en satisfacer necesidades concretas de los usuarios. Su desarrollo se centra en la usabilidad y la experiencia del usuario. Por tanto, se asegura de que las herramientas son intuitivas, eficientes y accesibles.
Con los avances tecnológicos, este tipo de software ha evolucionado más allá de los programas instalados en los dispositivos individuales. Hoy en día, muchas aplicaciones operan en la nube para permitir la colaboración en tiempo real desde cualquier lugar y en múltiples dispositivos, como ordenadores, tablets y smartphones. Además, las versiones multiplataforma garantizan una mayor accesibilidad y flexibilidad para los usuarios.
Entre los tipos más comunes de software de aplicación se encuentran:
El malware, también llamado software malicioso, es el cuarto de los tipos de software. Está diseñado con la función concreta de infiltrarse, dañar o acceder a los sistemas informáticos sin autorización. Su objetivo es robar datos, espiar actividades, corromper archivos o deshabilitar sistemas.
Forma parte de actividades de ciberdelincuencia y se suele propagar por correos electrónicos, descargas no seguras o las vulnerabilidades en el software. De ahí que se deban actualizar constantemente para evitar brechas.
Podemos encontrar varios tipos de malware, como los siguientes:
Cuando se conocen los diferentes tipos de software que existen, las empresas pueden tomar mejores decisiones acerca de aquellos que necesitan para mejorar el funcionamiento de sus actividades en el día a día.
Como hemos visto, cada tipo de software cumple con una función específica. Por tanto, se pueden emplear para gestionar recursos, optimizar procesos o proteger los datos sensibles de la propia empresa, sus empleados o socios. Pero, además de la funcionalidad, hay que tener en cuenta su arquitectura de software, para que garantice la escalabilidad y el mantenimiento a largo plazo.
En cuanto a los beneficios que se pueden obtener, destacan la mejora en la eficiencia operativa, la reducción de los costes o el incremento de la productividad. Por ejemplo, cuando se opta por un software de gestión empresarial que va acorde con las necesidades concretas de la empresa, se mejora la organización y el seguimiento de tareas. O, si se trata de un software de seguridad, se puede proteger la información confidencial de las amenazas cibernéticas.
Al mismo tiempo, cuando no se elige correctamente entre los tipos de software, se corre el riesgo de que haya pérdidas de tiempo, vulnerabilidades que afectan a las operaciones o ineficiencias.
Ahora que hemos visto cuáles son los tipos de software, pasamos a ver qué son las licencias de software. Estas determinan el uso y la distribución de los programas mencionados. Para la elección, hay que tener en cuenta el acceso y las capacidades de los usuarios, pero también la forma en que se puede modificar, compartir o comercializar el software.
Una licencia de software es un acuerdo legal entre el usuario y el creador o distribuidor del software. En este contrato, todos los derechos y restricciones que se aplican al uso, modificación, y distribución del software quedan establecidos. Se utilizan para proteger los derechos de los desarrolladores, pero también para asegurar que los usuarios comprendan cómo pueden utilizar el software teniendo en cuenta la ética y la legalidad.
Los tipos de licencia de software más comunes según el rol de usuario son:
Además de por rol, hay otras categorizaciones para las licencias de software. Son las siguientes:
Los tipos de software son múltiples y complejos. Por lo general, cada profesional se especializa en alguno en concreto y en sus distintas aplicaciones. Si quieres hacerlo en el análisis de datos para facilitar la toma de decisiones, inscríbete en nuestro máster.