La Web 3.0, también conocida como Web Semántica, lleva años en desarrollo. Su objetivo es que los datos y las aplicaciones estén interconectados de manera más inteligente y descentralizada. Si bien todavía no se ha completado, sí que empezamos a ver avances en algunos campos. Por ejemplo, en la tecnología blockchain y las criptomonedas.
La Web 3.0, también conocida como la Web Semántica o la Web Descentralizada es una evolución de la estructura y el funcionamiento de Internet. Su objetivo es descentralizar el control de datos y aplicaciones, y por medio de tecnología blockchain, distribuir la gestión y la propiedad de la información. Con este cambio, se posibilita una mayor transparencia y control por parte de los usuarios, frente al modelo centralizado que caracteriza a la Web 2.0.
Un aspecto a destacar, además de la estructura descentralizada, es la capacidad de entender y gestionar el contexto de los datos. A través de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural, la Web 3.0 sería capaz de interpretar el significado y la relevancia de la información. Por tanto, la interacción sería más intuitiva y estaría personalizada, dado que los sistemas comprenderían mejor las consultas y las necesidades de los usuarios.
Además, la Web 3.0 se enfoca en una mayor interoperabilidad entre aplicaciones y servicios. Las aplicaciones descentralizadas (DApps) se diseñan para operar en un entorno integrado y cooperativo. Gracias a ello, se elimina la necesidad de intermediarios y hay un intercambio de datos más fluido. Aunque todavía está en desarrollo, sus principios transformarán la forma en que interactuamos con Internet y la experiencia será más eficiente y segura.
Aunque con esta definición ya nos hacemos una idea de lo que será la Web 3.0, vamos a ver con mayor detenimiento cuáles son sus características.
- Descentralización. Se utilizarán tecnologías como blockchain para distribuir el control y la gestión de datos entre múltiples nodos. Así se elimina la dependencia de servidores centralizados y los riesgos asociados a puntos únicos de fallo se reducen.
- Interoperabilidad. Las aplicaciones y servicios en la Web 3.0 están diseñados para interactuar de manera fluida entre sí. En este nuevo entorno, el intercambio de datos y las funcionalidades tienen lugar sin necesidad de intermediarios.
- Inteligencia Artificial. La IA y el aprendizaje automático se encargan de interpretar y gestionar datos con mayor eficiencia. En consecuencia, las respuestas son más precisas y se adaptan al contexto de las consultas de los usuarios.
- Web Semántica. Las máquinas podrán entender el significado y la relación entre diferentes conjuntos de datos. Por ende, la precisión en la búsqueda se ve mejorada y la información que se muestra tendrá más relevancia.
- Privacidad y seguridad. Utiliza criptografía avanzada y mecanismos de control de datos que otorgan a los usuarios mayor autonomía sobre su información personal.
- Propiedad de datos. Los usuarios tienen un mayor control sobre sus datos y pueden gestionar cómo se comparten y utilizan, en lugar de que sea la plataforma la que tiene el control total.
La creación de las redes sociales marcó el comienzo de la Web 2.0. Ahora, es la llegada del Metaverso el punto de inicio a la nueva generación de la red. Con la anterior, el enfoque estaba en la participación del usuario y en la creación de contenido colaborativo en plataformas centralizadas. Por ejemplo, redes sociales y blogs.
En este modelo, los datos y servicios los gestionan grandes empresas. De ahí que la cuestión de la privacidad y el control de la información sea una preocupación constante para los usuarios. Estos interactúan con aplicaciones y servicios que operan bajo la dirección de estos intermediarios. Y, por tanto, se limita su capacidad para gestionar sus datos y participar en el desarrollo de las plataformas.
Por el contrario, la Web 3.0 se enfoca, como hemos visto, en la descentralización y la gestión distribuida de datos, para que los usuarios tengan un control más directo sobre su información. Con el blockchain y los Smart Contracts o contratos inteligentes, la Web 3.0 elimina a los intermediarios y el intercambio de datos es más seguro y transparente. No solo se mejora la privacidad y la seguridad, sino que se fomenta la interoperabilidad para que la experiencia esté integrada y personalizada.
Hemos mencionado en varias ocasiones a la tecnología blockchain. La razón está en que tiene un papel fundamental en el desarrollo de la Web 3.0. Tanto para la estructura como para la base de la descentralización y la gestión distribuida de datos.
Blockchain registra todas las transacciones en una red descentralizada, para que no haya intermediarios que tomen el control. De esta manera, hay una mayor confianza y seguridad en las transacciones, puesto que nadie podría alterar la información sin el consenso de la red.
Hoy en día, hay ya varios sectores en los que esta tecnología podría resultar muy útil. Tal y como ha sucedido con el paso de la industria tradicional a la industria 4.0. Los más importantes son los siguientes:
- Finanzas. Se facilitaría el funcionamiento de criptomonedas y contratos inteligentes. Las transacciones pasarían a ser más rápidas, seguras y económicas, y se prescindiría de bancos o instituciones financieras. Al tener muchos datos, en el futuro se necesitaría un ordenador cuántico.
- Salud. Se mejoraría la gestión de registros médicos porque el sistema sería accesible y seguro y diferentes profesionales podrían almacenar y compartir datos de pacientes de forma confidencial.
- Logística y cadena de suministro. Se optimizaría la cadena de suministro a través del registro transparente e inmutable de todas las etapas del proceso. Así se mejora la trazabilidad y se reduce el riesgo de fraudes.
- Derechos de propiedad intelectual. La gestión de los derechos de autor y las licencias sería más eficiente y los creadores recibirían una compensación justa por el uso de sus obras. Así se protegería su propiedad intelectual.
Las aplicaciones de la Web 3.0 están transformando la manera en que interactuamos con la web. Ofrecen nuevas funcionalidades que nunca antes habíamos visto y mejoras en diferentes ámbitos. Algunas de sus principales aplicaciones son estas:
- NFTs (Tokens No Fungibles). Los NFTs, basados también en tecnología blockchain, permiten la propiedad y el comercio de activos digitales únicos. Por ejemplo, arte, música y coleccionables. Con estos tokens, quienes crean y coleccionan pueden verificar y gestionar sus activos en un entorno seguro y descentralizado.
- Criptomonedas. Se están usando como forma común de pago. Permite transacciones rápidas y seguras sin entidades financieras tradicionales. Además, facilitan el acceso a servicios y plataformas descentralizadas.
- Identidad digital. Cada usuario tiene una identidad digital única gestionada a través de blockchain. Sirve para verificar al usuario y para descentralizar la gestión del acceso y los distintos servicios y aplicaciones en línea.
- Redes sociales descentralizadas. Se fomentará una experiencia más libre, accesible y personalizada, y donde los usuarios tendrán un mayor control sobre sus datos y contenidos.
- Metaverso. El metaverso será un entorno virtual inmersivo y compartido, donde los usuarios podrán interactuar, colaborar y crear experiencias en un espacio digital continuo.
En cuanto a ejemplos de Web 3.0 concretos, podemos ya citar los siguientes:
- GNOSS. Es una red social española que se centra en la creación de identidades digitales únicas para los usuarios. Se puede integrar con seguridad en diferentes entornos virtuales y aplicaciones descentralizadas.
- Audius. Es una plataforma de streaming de música descentralizada que permite a los artistas distribuir su música directamente a sus fans sin intermediarios. Utiliza blockchain para asegurar la propiedad y la compensación justa por los contenidos compartidos.
- Decentraland. Es un metaverso basado en blockchain donde los usuarios compran y venden y desarrollan parcelas de tierra virtual. Así, crean y monetizan experiencias en un entorno virtual.
Todavía tendremos que seguir esperando algún tiempo para ver la llegada de la Web 3.0 en todo su esplendor. Sin embargo, los cambios tecnológicos se siguen sucediendo y continúan transformando diferentes sectores. Para ponerte al día, inscríbete en nuestro máster.