Imagina por un momento que tu negocio digital es una fortaleza aparentemente inexpugnable. ¿Qué pasaría si te dijera que existen formas de conocer todas las vulnerabilidades de esa fortaleza antes de que un atacante lo haga? Sigue leyendo, y descubre cómo el pentesting puede ser tu mejor aliado. Y, para conocer todo lo que te hará destacar en el sector, explora los másters de nuestra oferta formativa.
El pentesting, o prueba de penetración, es un método de evaluación de la seguridad de sistemas informáticos. Se trata de simular ataques a una red, aplicación o sistema para encontrar vulnerabilidades antes de que lo hagan los ciberdelincuentes. Es como una especie de “ensayo general” antes del ataque real, permitiéndote tomar medidas preventivas.
Las raíces de estas pruebas se pueden rastrear hasta los primeros días de la informática. En ellos, los sistemas empezaban a interconectarse, y se comprendió la necesidad de evaluar la seguridad de estas conexiones. Inicialmente, estos tests eran más comunes en entornos militares y gubernamentales. Pero durante los años 60 y 70, organizaciones como el Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzaron a evaluar la seguridad de sus sistemas informáticos. Un trabajo que sentó las bases para las modernas pruebas de penetración.
Con el tiempo, la práctica se extendió al sector privado. Especialmente, con el crecimiento del comercio electrónico y la generalización de internet en los años 90. Así, empresas de todos los tamaños comprendieron que necesitaban proteger sus activos digitales tanto como cualquier otra forma de propiedad.
Es importante destacar el papel de la comunidad hacker ética en el desarrollo del pentesting. Y es que los hackers éticos utilizan sus habilidades para encontrar y reportar vulnerabilidades; y lo hacen, a menudo, trabajando en conjunto con las empresas para fortalecer sus sistemas.
Un ataque informático puede costar millones en pérdidas, sin mencionar el daño a la reputación de tu empresa. El pentesting te da una visión detallada de tus puntos débiles. Y te permite, de esta manera, que refuerces tus defensas antes de sufrir las consecuencias.
Existen diferentes enfoques para realizar un test de penetración:
Este se centra principalmente en evaluar la seguridad de la infraestructura de red de una organización. Esto incluye, pero no se limita, a firewalls, switches, routers y servidores. A través de diversas técnicas y herramientas, los expertos tratan de encontrar vulnerabilidades que podrían franquear el acceso a los sistemas a personas no autorizadas. El pentesting de red es crucial para asegurar que los activos internos y externos de la red están debidamente protegidos.
En este caso, el objetivo es descubrir vulnerabilidades en aplicaciones web o móviles. Estas pruebas se realizan para encontrar fallos en el código, configuraciones inseguras o cualquier otro tipo de debilidad. Los tests pueden incluir la inyección de código SQL, ataques de cross-site scripting (XSS), y muchas otras técnicas especializadas. Dado el auge de las aplicaciones móviles y web en nuestro día a día, este tipo de pentesting se ha vuelto cada vez más relevante.
Un enfoque que se centra en evaluar los riesgos asociados con el factor humano dentro de una organización. A través de técnicas de ingeniería social, se intenta manipular a individuos para que revelen información confidencial, como contraseñas o datos financieros. Este tipo de test de penetración puede incluir, desde phishing por correo electrónico, hasta pretexting telefónico y tailgating (seguir a alguien para entrar en un edificio seguro). Es una manera efectiva de evaluar hasta qué punto el personal está preparado para enfrentarse a intentos de ingeniería social.
Un pentesting típico sigue una serie de etapas:
La etapa de reconocimiento es la fase inicial. Aquí, el objetivo es recopilar la mayor cantidad de información posible sobre el sistema, red o aplicación objetivo: nombres de dominio, subdominios, direcciones IP y servidores de correo electrónico, etc. El reconocimiento es crucial porque ofrece una base sólida para las etapas posteriores del pentesting. Y permite al tester comprender mejor el entorno que está a punto de evaluar.
Una vez que se ha recopilado suficiente información, el siguiente paso es el escaneo. Esta fase implica la identificación de puertos abiertos, servicios en ejecución y posibles puntos de entrada en el sistema. Al hallar estos elementos, el tester se hace una idea clara de dónde podrían existir vulnerabilidades que permitan el acceso no autorizado.
La etapa de explotación es donde se intenta “romper” el sistema utilizando diversas técnicas y herramientas. El objetivo es explotar las vulnerabilidades identificadas para evaluar qué tipo de acceso o información podría obtener un atacante real. Esto podría implicar la ejecución de código malicioso, la escalada de privilegios o la extracción de datos sensibles.
En esta fase, se analiza la información y los datos recopilados durante la fase de explotación. Esto puede incluir cualquier dato sensible obtenido, niveles de acceso alcanzados y otros detalles que ayuden a entender el impacto de las vulnerabilidades descubiertas.
La última fase es la elaboración de un informe detallado. En él se documentan todos los hallazgos, las vulnerabilidades descubiertas, los datos accedidos y las recomendaciones para mejorar la seguridad. Este informe es crucial tanto para los equipos técnicos como para la dirección. Y es que ofrece una visión completa del estado actual de la seguridad y las medidas que deben tomarse para fortalecerla. Además, proporciona la base para un análisis de datos exhaustivo y la correspondiente toma de decisiones.
Como ves, las pruebas de penetración son tan complejas como fascinantes. Y no solo eso, sino que resultan de gran utilidad a las empresas que pretendan mantenerse a salvo de los peligros de internet