Después de 20 años de la firma del Manifiesto Agile, aún me consultan cuáles son los mitos y cuáles las verdades sobre el desarrollo ágil.
Bien es cierto que existen diferentes mitos entorno a la agilidad. En este post voy a destacar algunos de ellos.
En primer lugar, el mal entendido más habitual se basa en su ámbito de aplicación, ya que antes el desarrollo ágil sólo se asociaba al entorno software. No obstante, hoy en día, esta metodología ya se ha extendido globalmente a todas las áreas e industrias y hay casos de éxito documentados en todas las disciplinas.
Existen equipos ágiles de productos digitales y equipos ágiles de alta performance produciendo exitosamente en áreas tan diversas como comunicación, recursos humanos, medicina, investigación, finanzas, construcción, entre otras. Además, no se trabaja únicamente de forma Agile en empresas privadas, sino que también se hace en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, con y sin fines de lucro, mixtas, etc.
En segundo lugar, la agilidad a priori se asocia con la velocidad. La mayoría de los líderes se deslumbran ante los resultados de la agilidad, derivados de la velocidad de entrega, de tener un MVP (Mínimo Producto Viable) productivo en el mercado que permita obtener ganancias que, aunque es una ventaja real, no es la única y ni siquiera la más importante. El problema de esta asociación es que al igualar velocidad con agilidad dejamos de lado la calidad, factor esencial en el proceso de desarrollo agile.
Es importante entender que una de las ventajas fundamentales de la Agilidad es que, al trabajar de forma incremental en iteraciones de un mes o menos, podemos implementar un círculo virtuoso de mejora continua real, manteniendo actualizados los procesos, evitando pasos suprimibles y optimizando el resultado, al evitar desperdicios e ineficiencias sin disminuir la calidad.
Trabajar en estos ciclos cortos nos permite entregar lo más rápido posible un producto al cliente, obteniendo una retroalimentación temprana y frecuente que favorece la aplicación de lo aprendido a lo largo del siguiente ciclo incrementándolo orgánicamente. Así, obtenemos velocidad optimizando a su vez la calidad, tanto del producto como de los procesos productivos.
En tercer lugar, también se confunde agilidad con anarquía, ya que uno de los principios que rigen en ésta es la auto-gestión de los equipos, los cuales toman decisiones y se hacen responsable del proceso íntegro. Esto bien implementado, permite generar innovación y retener a profesionales creativos y brillantes que son recursos escasos, acelerando, a la vez, el tiempo de latencia de las decisiones.
Con el objetivo de desterrar este mito, es importante destacar, que hay evidencia irrefutable de que Scrum es el framework agile más utilizado mundialmente por los agilistas porque permite a los equipos trabajar de forma disciplinada, para lo cual necesitamos derribar otro mito: Scrum no se puede aplicar parcialmente, para obtener sus beneficios hay que implementar todos sus componentes: los 3 roles, los 5 eventos, y los 3 artefactos.
En cuarto lugar, se considera que esta metodología es solo para los más jóvenes, no obstante, los mejores agilistas son septuagenarios, como los creadores de Scrum y casi todos los firmantes del Manifesto Agile, los actuales grandes maestros de una disciplina.
La Agilidad no depende de la edad, ni del sexo, del color ni de ninguna otra circunstancia. Si bien hay muchos agilistas jóvenes, no es sensato desperdiciar el conocimiento de los que más saben en las organizaciones, que son los que mejor identifican cuándo es necesario un cambio en la cultura organizacional para adaptarse al mercado y a la transformación digital.
En quinto y último lugar, otra de las fábulas urbanas entorno a la agilidad es que sirve sólo para proyectos cortos. No obstante, existen productos sumamente exitosos que han sido desarrollados, y se siguen desarrollando, actualizando y manteniendo para seguir triunfando en el mercado, con equipos de agilistas que, iteración tras iteración, incorporan lo que sus usuarios piden, aprovechando el feedback rápido y constante.
Estos equipos escalados que pueden abarcar grandes productos con múltiples equipos pueden existir en organizaciones que están comenzando su transformación o que han llegado a ser 100% Agiles, produciendo e incorporando constantemente tecnología de punta.
Estas ficciones, que dañan tanto a la Comunidad Agile de todo el mundo, son más perjudiciales en los países menos desarrollados que tienen más prejuicios, y son más discriminativos. con lo cual desperdician el potencial de las personas que son el activo más importante en las organizaciones.
Para lograr enfocarse en incluir la diversidad, implementando pequeñas conductas que nos posibiliten cumplir nuestros grandes sueños, necesitamos aprender a dar lugar y capacitar nuevos líderes servidores, que se animen a tomar riesgos y abrazar el error de los innovadores, con el valor de fomentar cambios que agreguen valor real hacia metas grandiosas pero posibles y sustentables.
Escrito por Paula Elisa Kvedaras Mercado, Directora de Consultora BK, Agile Coach & Trainer Scrum.Inc, Profesora de Agilidad en masters y postgrados.