Hoy deconstruimos la idea de que las crisis son períodos donde solo hay pérdidas y fracasos, y te mostraremos cómo, con la estrategia adecuada, puedes convertir estos momentos, que se dan cíclicamente, en oportunidades de negocio rentable.
La respuesta es que sí. Rotundamente sí.
Una crisis suele generar cambios significativos en el comportamiento y las necesidades del consumidor. Por ejemplo, la demanda de ciertos bienes y servicios puede aumentar mientras que otros disminuyen. Estos cambios crean lagunas en el mercado y oportunidades para ofrecer soluciones innovadoras que tal vez no se habrían considerado en tiempos de estabilidad económica.
Además, en períodos de crisis, la competencia tiende a ser menor, ya que muchos empresarios y compañías existentes se centran en sobrevivir más que en innovar o expandirse. Esto abre una ventana de oportunidad para emprender un negocio con visos de éxito. También es más probable que haya talento disponible debido a los recortes laborales en otras empresas, lo que te permite construir un equipo fuerte desde el principio.
Por lo tanto, si tienes una idea de negocio que resuelve un problema específico exacerbado por la crisis o que llena un vacío en el mercado, este podría ser el momento ideal para dar el salto y emprender un negocio.
Para obtener financiación de manera eficiente al iniciar un negocio, una opción común es acudir a inversores ángeles o firmas de capital riesgo. Estas entidades suelen estar interesadas en startups con alto potencial de crecimiento y pueden aportar una cantidad significativa de capital. Sin embargo, generalmente exigen una participación en las empresas que financian, lo que puede diluir tu propiedad.
Otra ruta que puedes considerar es el micromecenazgo o “crowdfunding”, especialmente si tu producto o servicio es atractivo para un amplio número de personas. Plataformas como Kickstarter y Indiegogo te permiten presentar tu idea al público. Y son las personas interesadas quienes pueden financiarte a cambio de recompensas futuras o incluso pequeñas participaciones en el negocio. Este método no solo te proporciona el capital inicial necesario, sino que también valida tu idea de negocio, pues demuestra que hay demanda para tu producto o servicio.
La financiación tradicional a través de préstamos bancarios sigue siendo una opción viable para muchos emprendedores. Este camino puede ser especialmente útil si ya tienes un historial crediticio sólido o activos que puedas utilizar como garantía. A diferencia de la financiación de inversores ángeles o capital riesgo, un préstamo bancario no diluirá tu propiedad de la empresa. En la parte de los inconvenientes se encuentra la obligatoriedad de devolver el dinero con intereses.
Teniendo en cuenta lo que comentábamos en el apartado anterior, estos siete consejos te ayudarán a crear una empresa desde cero en tiempos en los que otras personas preferirán la seguridad de la inacción. Tú, en cambio, sabes cómo gestionar riesgos.
En tiempos de crisis, ciertas necesidades se vuelven más urgentes. Realiza una rápida investigación de mercado para identificar qué problemas o carencias están enfrentando las personas en el momento en el que vas a emprender y cómo tu negocio podría solucionarlos.
Dado que muchas personas buscarán ahorrar dinero o, al menos, reducir gastos, ofrecer productos o servicios que sean soluciones de bajo coste pero de alto valor. Esto te permitirá atraer clientes más rápidamente.
Dada la importancia del comercio electrónico y el marketing digital, especialmente en tiempos de crisis, para aprovechar oportunidades de negocio al vuelo, crea una fuerte presencia online. Puedes empezar con una landing page simple y publicidad en redes sociales para validar tu idea de negocio.
Busca empresas o emprendedores que ofrezcan productos o servicios complementarios y propón alianzas. Esto puede ser especialmente útil para compartir recursos y llegar a un público más amplio sin invertir en marketing.
Antes de lanzarte, haz un listado de todos los costes asociados a tu negocio y busca formas de minimizarlos. Podrías optar por un modelo de negocio que permita el trabajo remoto, o utilizar software gratuito en las etapas iniciales.
Para minimizar el riesgo percibido y atraer a tus primeros clientes, ofrece una garantía de satisfacción o devolución del dinero. Esto generará confianza y facilitará la decisión de compra.
Una vez que hayas lanzado, monitoriza de cerca las métricas clave, como el coste de adquisición de cliente, la tasa de retención y las ventas. Usa estos datos para hacer ajustes rápidos y mejorar tu modelo de negocio.
¿Cómo puedo emprender un negocio si ya estoy trabajando?
Emprender un negocio mientras mantienes tu trabajo actual es completamente posible y, de hecho, es una estrategia que muchos emprendedores adoptan al comenzar. Mantener tu empleo te da la seguridad financiera para cubrir tus gastos personales y posiblemente invertir en tu nuevo negocio. Además, te permite validar tu idea y alcanzar un punto de rentabilidad sin el estrés de depender completamente de los ingresos del nuevo emprendimiento.
Sin embargo, hay desafíos que considerar, como la gestión del tiempo y el posible conflicto de intereses con tu empleador actual. Revisa cualquier acuerdo contractual para asegurarte de que estás en libertad de emprender en el mismo sector o en uno diferente.
Para aprovechar las oportunidades de negocio desde un empleo por cuenta ajena, te recomendamos que sigas estos pasos:
Emprender nunca es fácil, pero, si te fijas, todo lo anterior también funciona incluso si no tienes una idea, ya que es suficiente con poseer una habilidad y distinguir las oportunidades de negocio. Así que elimina los paradigmas asociados a lo que significa “montar” una empresa y empieza a pensar en cómo puedes utilizar tus habilidades para empezar a hacer lo que realmente te gusta hacer. Eso también se llama “emprender”. Aunque lo primero no sea diseñar un increíble plan de negocios, algo que también te enseñamos a hacer en Inesdi.