La cultura DevOps, acrónimo inglés de development (desarrollo) y operations (operaciones), ha influido en el desarrollo y en la gestión de operaciones dentro de la industria IT.
En la actualidad, y debido a que los mercados se han vuelto mucho más competitivos, las empresas necesitan ser más ágiles, automatizar todas aquellas operaciones que no aportan valor y son repetitivas y poder escalar sus procesos de forma eficiente. Para conseguirlo, hoy en día existen prácticas que coordinan a los equipos de desarrolladores y profesionales IT y facilitan la integración de unos con otros.
En este artículo, te contamos más sobre la estrategia DevOps y sus ventajas.
DevOps es una metodología que se integra en los procesos particulares de desarrollo, servicio y gestión de las empresas. En otras palabras, se trata de un modelo de trabajo que se basa en el desarrollo de código que usa nuevas herramientas y prácticas. De este modo, se puede reducir la distancia que hay entre los técnicos de programación y los de sistemas.
Estas técnicas innovadoras que ha introducido esta metodología son, en primer lugar, la automatización. Mediante el uso de estas herramientas para la construcción, pruebas y despliegue, se logra una integración continua, que equivale a entregas más rápidas y con una frecuencia mayor. El resultado es que se reduce el tiempo de comercialización, pero además se mejora la calidad del software, puesto que se identifican y se corrigen errores con una mayor eficiencia.
La infraestructura como código (IaC) es otra técnica clave en el desarrollo DevOps. Gracias a ella, se puede gestionar la infraestructura de manera programática y tratarla como código fuente. La ventaja que supone es que se facilita la replicación y escalabilidad, además de proporcionar un entorno consistente y más controlado.
En tercer lugar, podemos hablar de la monitorización continua, que es esencial en DevOps. A través de la recopilación y el análisis constante de datos operativos, las organizaciones pueden identificar problemas con una rapidez mayor y así anticiparse a posibles fallos y mejorar de manera continua su rendimiento.
Por último, otra de las principales aportaciones es su propia cultura, ya que fomenta la colaboración estrecha entre desarrolladores, operadores y otros equipos y mejora la productividad de todos ellos.
La cultura DevOps permite a los equipos trabajar de forma más cercana, para aportar mayor agilidad al negocio y conseguir una mejora perceptible en la productividad. Esta metodología establece una intersección entre desarrollo, operaciones y calidad, por lo que hay una interpretación mucho más flexible, en la medida en que cada organización quiera llevarlo a la práctica, según su estructura y circunstancias.
Pero sea cual sea su aplicación en una empresa, las ventajas que se obtienen con esta cultura son las siguientes:
Con DevOps se consigue una mejora de la productividad y la eficiencia, así como de la rentabilidad, gracias a la optimización progresiva del trabajo, que permite la iniciación constante de nuevos proyectos para abarcar una mayor cuota de mercado. Al adoptar prácticas como la automatización de procesos, la integración continua y la entrega continua, las organizaciones reducen los tiempos de desarrollo y de despliegue, lo que permite acelerar la llegada al mercado. Con esta rapidez se mejora la eficiencia y se permite una mayor capacidad de respuesta a las demandas del mercado, que se mantienen en constante cambio.
Por otra parte, la colaboración estrecha entre equipos de desarrollo y operaciones mejora la visibilidad y la resolución rápida de problemas, con el consecuente incremento en la disponibilidad de servicios y, en última instancia, con un aumento de la rentabilidad de la empresa.
La clave del sistema de DevOps es la cooperación y el entendimiento entre diferentes departamentos. Para ello, existen diferentes herramientas que han sido diseñadas para facilitar la comunicación. El equipo de desarrollo puede seguir la monitorización y control de errores, mientras que el de administración de sistemas accede directamente al control de versiones y al código fuente.
Además de las herramientas diseñadas para facilitar la cooperación, DevOps promueve una cultura de comunicación transparente y continua entre los equipos. La implementación de reuniones regulares, como reuniones diarias de stand-up, permite una actualización rápida de los avances y desafíos en el desarrollo y la operación. La creación de tableros visuales compartidos, como tableros Kanban, da una visión en tiempo real del progreso de las tareas y prioridades.
Con una documentación clara y accesible, se garantiza que todos los miembros del equipo comprenden los procesos y los cambios en el código. Al fomentar una comunicación abierta y multidireccional, DevOps facilita un flujo constante de información que fortalece la colaboración y mejora la resolución conjunta de problemas.
El sistema DevOps aporta flexibilidad para añadir nuevo código y permite adaptarse a las circunstancias cambiantes, que requieran la ampliación del software en cualquier sentido, sin arriesgar toda la producción. Es posible implementar versiones paralelas, que satisfagan las diferentes demandas.
También es posible escalar los recursos de infraestructura de manera eficiente. Por ejemplo, con la implementación de prácticas como la infraestructura como código (IaC). Esta facilita la replicación y expansión de entornos consistentes. Además, la automatización de procesos de aprovisionamiento y despliegue permite una rápida adaptación a cambios en la carga de trabajo, y asegura que la infraestructura pueda crecer o decrecer según las necesidades. Otras vías para la escalabilidad son la orquestación de contenedores, como las herramientas Kubernetes.
Los sistemas DevOps facilitan que los procesos sean más seguros, debido, sobre todo, a que se automatizan. Al incrementarse la mecanización, se reduce también el número de personas que participan, por lo que el riesgo también disminuye.
Otras vías para garantizar la seguridad son la implementación de prácticas específicas de seguridad en todas las etapas del ciclo de vida del desarrollo de software. La integración continua y la entrega continua (CI/CD) permiten la ejecución automática de pruebas de seguridad, análisis estático de código y escaneo de vulnerabilidades en cada iteración. Con ello, se identifican posibles amenazas de manera temprana.
También, la infraestructura como código (IaC) también contribuye al aspecto de seguridad, dado que garantiza la consistencia y la estandarización de la configuración de los entornos, para reducir los puntos vulnerables.
Por otra parte, la reducción de errores mediante pruebas automáticas y la implementación consistente de la infraestructura como código contribuyen a una mayor estabilidad y calidad del software, lo que reduce los costos asociados con fallos y retrabajos.
La cultura DevOps también optimiza los recursos financieros con la gestión eficiente de la infraestructura. La automatización de procesos de aprovisionamiento y despliegue, junto con la capacidad de escalar recursos según la demanda, garantiza un uso más eficiente de los servidores y recursos en la nube. Esto se traduce directamente en ahorros significativos al evitar la infrautilización o sobre provisión de recursos. La implementación de contenedores también contribuye a la eficiencia, ya que permite la ejecución de aplicaciones de manera aislada y liviana, que maximiza la utilización de recursos.
La tecnología es un elemento fundamental para mantener una buena experiencia de usuario. La utilización de la cultura DevOps en las empresas hace que los empleados se familiaricen más fácilmente con estas herramientas. Gracias a ello, se conseguirá una optimización del producto y una experiencia UX satisfactoria.
Más allá de la familiarización, se mejora la experiencia del usuario al facilitar actualizaciones y mejoras continuas en tiempo real. La implementación de la entrega continua permite la liberación rápida y regular de nuevas características, correcciones de errores y mejoras de rendimiento. Así se garantiza que los usuarios tengan acceso constante a las últimas funcionalidades sin largos períodos de espera entre actualizaciones.
Por otra parte, la retroalimentación de los usuarios también se integra de manera más efectiva en el ciclo de desarrollo. Así, los equipos responden rápidamente a las necesidades y expectativas de los usuarios.
A pesar de las frecuentes dudas sobre la destrucción de empleos con las tecnologías emergentes, la implementación de DevOps incrementa la competitividad entre los desarrolladores y ha incrementado las contrataciones. Además, al tratarse de puestos de trabajo en continua actualización, se contribuye en la mejora de la fidelidad de los trabajadores.
Adicionalmente, por el auge de la cultura DevOps, se han creado nuevos puestos de trabajo debido a la demanda creciente de perfiles especializados, como el de Ingeniero DevOps. Esta expansión del mercado laboral no solo beneficia a los desarrolladores jóvenes, sino que también ofrece oportunidades de capacitación y desarrollo para profesionales con experiencia en tecnologías previas.
DevOps saca el mayor provecho de las habilidades de cada uno de los empleados. El objetivo es explotar los conocimientos concretos para poder diferenciarlos de cada trabajador.
La filosofía de DevOps también fomenta un enfoque colaborativo que aprovecha las habilidades multidisciplinarias de la plantilla. Cuando se desdibujan las barreras entre los equipos de desarrollo y operaciones, los profesionales pueden contribuir con sus conocimientos específicos, para que haya un intercambio constante de ideas y experiencias. Además del impulso a la innovación, crea un ambiente donde cada empleado puede destacar y ser valorado por sus habilidades individuales.
Las posibilidades que ofrece la metodología DevOps en una empresa son claramente muy beneficiosas tanto a nivel profesional, como personal y empresarial. Si quieres una visión más práctica, a continuación te dejamos algunos ejemplos de cómo se puede utilizar el DevOps en una empresa: