La gestión de proyectos es un campo en auge, puesto que empresas de diferentes sectores se están adaptando a esta era digital y necesitan profesionales que puedan facilitar la transición. Dentro de estos se encuentra la figura del agente del cambio, que como veremos en este artículo, necesita de ciertas habilidades y conocimientos para poder implementar nuevas metodologías o tecnologías.
Si quieres saber cuáles son y cómo convertirte en uno, solo tienes que seguir leyendo. Pero si te interesa la gestión de proyectos en general y sus diferentes fases, apúntate a nuestro Máster en Project Management.
Un agente de cambio en gestión de proyectos, o change manager, es un profesional encargado de facilitar y gestionar las transiciones dentro de una organización. Su misión principal es asegurar que los cambios que se estén llevando a cabo se implementen de forma eficaz, con la menor resistencia y maximizando los beneficios.
Estos cambios pueden ser de diversa índole, pero hoy en día suelen girar en torno a la adopción de nuevas tecnologías, la reingeniería y la reestructuración de procesos operativos o el desarrollo de nuevas competencias entre el personal.
El agente de cambio se convierte en la figura que está entre la dirección de la empresa, que es la que desea introducir estos cambios, y los empleados, que suelen ser los que pueden mostrar cierta resistencia inicial. El objetivo es que todas las personas que forman parte de la empresa entiendan cuáles son las necesidades actuales y se comprometan con la transformación. Además, se encarga de identificar posibles obstáculos en la gestión del cambio y de desarrollar estrategias para superarlos.
Las funciones del agente de cambio en la gestión de proyectos son muy diversas, ya que depende de cuáles sean estos en concreto, así como del tipo de organización y sus necesidades. A continuación te dejamos las principales:
- Diagnóstico y análisis. Se trata de evaluar la situación actual de la organización para identificar áreas de mejora y necesidades de cambio. Implica realizar un análisis de impacto y riesgo e identificar cuáles serían los beneficios potenciales del cambio.
- Planificación del cambio. Una vez que se conocen las áreas a mejorar, se desarrolla el plan de cambio detallado. En este se muestran los objetivos, los plazos para alcanzarlos, los recursos necesarios y las estrategias de comunicación. Además de claro, el plan debe ser comprensible para todas las personas que participarán en el proceso.
- Implementación de nuevas tecnologías. Introducción de plataformas y sistemas avanzados para optimizar los procesos internos y mejorar la toma de decisiones. Aquí se trabaja de la mano con otros perfiles, como el Chief Data Officer, que lidera la adopción de tecnologías de gestión de datos, el Chief Technology Office o el manager de RR.HH.
- Comunicación. Diseñar e implementar estrategias de comunicación efectivas para informar a quienes forman parte de la organización de los cambios previstos. Para fomentar la confianza e incrementar el compromiso, esta comunicación debe ser transparente y continua.
- Formación y desarrollo. Organizar y llevar a cabo programas de formación para que los empleados tengan todas las habilidades y conocimientos que serán necesarios para adaptarse al cambio. Puede tratarse de formación técnica o de habilidades blandas.
- Gestión de la resistencia. La resistencia forma parte de la gestión del cambio y se debe aceptar como algo natural. Hay que identificar y abordar con estrategias para mitigarla, como resolución de conflictos, negociación y creación de un entorno de apoyo.
- Monitoreo y evaluación. Supervisar la implementación del cambio para asegurarse que avanza como estaba planeado. De no ser así, se harán los ajustes pertinentes. Junto a la evaluación, hay que realizar informes de progreso.
El agente de cambio debe poseer una combinación de habilidades técnicas y blandas. Las más importantes son las siguientes:
- Liderazgo. Capacidad para inspirar y motivar a los demás, y para guiar a la organización hacia los objetivos del cambio.
- Comunicación. Habilidad para transmitir información de forma oral o escrita, con claridad y eficacia.
- Empatía. Capacidad para entender y responder a las emociones y preocupaciones de los empleados, y para fomentar un ambiente de confianza y colaboración.
- Pensamiento estratégico. Habilidad para planificar y ejecutar estrategias a largo plazo, y para anticiparse a posibles desafíos y oportunidades.
- Gestión del tiempo. Capacidad para priorizar tareas y gestionar múltiples proyectos.
- Resolución de problemas. Habilidad para identificar y resolver problemas, y para encontrar soluciones creativas y que puedan llevarse a la práctica.
En la actualidad, no existe una formación específica para trabajar como agente del cambio. Pero sí hay otras titulaciones que dan conocimientos sobre el entorno digital actual, las necesidades actuales de las empresas y cómo responder a ellas, y que preparan a estos perfiles para trabajar por su cuenta o como parte de una PMO (Project Management Office).
Por ejemplo, el Grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE), que sirve de base para conocer más sobre la gestión empresarial y el desarrollo organizacional. También un Máster en Gestión del Cambio o Gestión de Proyectos, como el que ofrecemos en Inesdi, certificaciones profesionales como el Change Management Practitioner (CMP) o el Prosci Change Management Certification. Se recomienda además realizar cursos de liderazgo y habilidades blandas.
Si quieres comenzar con tu formación para convertirte en agente del cambio en diferentes proyectos, consulta los cursos disponibles en Inesdi o ve directamente a nuestro Máster en Gestión de Proyectos.